¿Pero, cómo se traduce a nuestro vida diaria éste concepto? Sin duda el sacrificio es un precio muy caro que nos cuesta pagar. Mi maestro Ricardo lo llamaba el sacro- oficio de matar nuestro ego.
Cuándo iniciamos una dieta ¿qué es lo primero que tenemos que sacrificar? Nuestro deseo de comer. De lo contrario las posibilidades de éxito son nulas.